Juventud Misionera / Ahuachapán

La Santidad

26.06.2010 22:33

La Santidad es obra de Jesús pero El no se impone. Requiere la respuesta libre del hombre. Quien ama a Dios desea responderle con todo el corazón, se esfuerza y persevera con la ayuda de la gracia para vencer la tendencia de la carne.

             PARA SER SANTOS

A.    Empieza con Jesucristo Él es quien te puede santificar. Heb 10: 9-10 <he aquí vengo, Dios para hacer tu voluntad>… en esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez y para siempre.  La Biblia nos dice que la santidad es liberación completa del pecado. “La sangre de Jesucristo..., nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1: 7).

Lv 19:2 sean santos por que Yo el Señor soy Santo. En estas palabras podemos entender que para acercarse a Dios se le exige al pueblo santidad, debemos hacer una reflexión de ¿Quien es Dios? No esforzándonos en ser nuestro propio dios sino permitiendo que Dios nos moldee más y más a su imagen día a día, es decir, acercarse a Dios implica que seamos transformados por su presencia al estar delante de Él.

B.     Ver siempre a Cristo para  seguir la santidad.  Heb 12: 1-2  Fijemos nuestra mirada en Jesús en quien la fe empieza y termina.  

C.     Habite en Cristo.  Tenga  fruto. Jn. 15:4,5 “"Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como la rama no puede llevar fruto por sí sola, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.5 Yo soy la vid, vosotros las ramas. El que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto. Pero separados de mí, nada podéis hacer.

La santidad no es la perfección absoluta, que sólo pertenece a Dios; ni es la perfección angelical, ni la perfección adámica, —porque indudablemente Adán tendría un modo de pensar perfecto, tanto como un corazón perfecto, antes que pecara contra Dios— sino que es perfección cristiana: aquella perfección y obediencia del corazón que llega a serle posible a una criatura caída a la cual auxilian el poder supremo y la gracia sin límites.

Es ese estado del corazón y vida que consiste en ser y hacer, todo el tiempo, —y no de vez en cuando y a saltos, sino de manera permanente— exactamente aquello que Dios quiere que seamos y hagamos.

Isaías 35:8 Y habrá allí calzada y camino el cual será llamado camino de santidad… él mismo estará con ellos.

Jesús nos dijo que El es el camino, la verdad y la vida.

El camino de la santidad es seguir  las huellas que Jesús nos dio para poder llegar a estar  un día con El.

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